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martes, 28 de abril de 2020

HECHOS SIGNIFICATIVOS


. En 2015 se registró la patente de un coronavirus “atenuado” a nombre del Instituto Pirbright (Reino Unido), centro en el que se investigan vacunas para animales; pues bien, en noviembre de 2019 recibió cinco millones y medio de dólares de la Fundación Bill y Melinda Gates que figura como stakeholder (Interesada) junto a la Wellcome Trust, la Comisión Europea y la OMS. La patente se activó el pasado 14 de marzo y en el resumen final se recoge que también “puede utilizarse potencialmente como vacuna para tratar y/o prevenir una enfermedad –por ejemplo una bronquitis infecciosa- en personas”.

. En 2017 se construirá en Wuhan (China) un avanzado laboratorio de investigación que costó oficialmente 44 millones de dólares declarándose que uno de sus principales objetivos era estudiar el agente causante del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS por sus siglas en inglés). Pues bien, según publicó la prestigiosa revista Nature en febrero de 2017 se trata de un laboratorio de referencia de la OMS que tiene la misión de trabajar “con los patógenos más peligrosos del mundo” (puede comprobarlo leyendo el texto en https://www.nature.com/news/inside-the-chinese-lab-poised-to-study-world-s-most-dangerous-pathogens-1.21487). 

Que el nuevo coronavirus haya aparecido en la zona en la que se encuentra ese laboratorio ha sido minimizado –por no decir ocultado- por las autoridades sanitarias y políticas de todo el mundo.

. En marzo de 2018 la OMS revisó la lista de enfermedades prioritarias consideradas más amenazantes y junto al ébola. El MERS, el SARS, el zika y otros virus que provocan fiebre, incluyó una misteriosa patología que denominó Disease X (Enfermedad X)! explicándolo así: “La Enfermedad X representa el escenario en el que un patógeno desconocido pudiera causar una grave epidemia internacional” (https://www.who.int/activities/prioritizing-diseases-for-research-and-development-in-emergency-contexts).

Interrogada al respecto por EFESALUD la doctora Natalia Rodríguez, miembro del Hospital Clínico de Barcelona e investigadora de ISGLobal- centro impulsado por la Fundación La Caixa- ésta diría: “Sabemos que puede aparecer una nueva pandemia –como ha pasado con el zika- y sabemos que hay muchas enfermedades emergentes repartidas por el mundo” añadiendo: “Es muy difícil confeccionar un modelo que prediga cuál va a ser el patógeno en concreto que pudiera provocar una pandemia”. Sin embargo luego agregaría: “La próxima pandemia podría ser un virus y digamos que tiene más números una zoonosis de la zona de Asia” (si le cuesta creerlo tiene la entrevista en https://www.efesalud.com/epidemias-globales-enfermedad-x?fbclid=IwAR2po1vTTcXPwXg­_wT3BKDb6RnOkOd7Dqe1svPzg12M8xK9vYzGfMYhNjZ0).

. En abril de 2018 –apenas un mes después- Bill Gate diría durante la conferencia anual de la Sociedad Médica de Massachusentts celebrada en Boston que había que estar alerta ante la hipotética propagación de un virus nuevo que pudiese afectar al sur de Asia y causar por ejemplo 30 millones de muertos en 6 meses. “El mundo –diría- necsita prepararse para las pandemias como los militares se preparan para la guerra”.

. El 18 de octubre de 2019 se llevaría a cabo en el Hotel Pierre de Nueva York ante 130 personas un simulacro de pandemia que se habría extendido durante 18 meses. Se denominó Evento 201 y se justificó alegando que en los últimos años se han producido 200 emergencias por epidemias o pandemias. Pues bien, las consecuencias del simulacro incluían no solo la enfermedad y una enorme cantidad de muertos -65 millones en 18 meses- sino la caída global de la economía y el hundimiento de muchas grandes empresas. El equipo que desarrolló el ejercicio estaba liderado por el Dr. Eric Toner –y otros dos cirntíficas del Centro de Seguridad en Salud John Hopkins-, Ryan Morhard –del Foro Económico Mundial- y Jeffrey French –de la Fundación Bill y Melinda Gates- junto con otra decena de doctores y científicos. Y entre los asistentes se encontraban el vicepresidente de Johnson&Johnson Adrian Thomas, la vicepresidenta senior de la Fundación de las Naciones Unidas Sofía Borges, el presidente de la división de desarrollo global  de la Fundación Bill y Melinda Gate Christopher Elias, el ex director senior de Salud del Banco Mundial Tim Evans, el Director General de los CDC chinos George Gao  y el antiguo Director Adjunto de la CIA y ex asesor de seguridad nacional Avril Haines  (todo lo referente al evento puede consultarse en https://www.centerforhealthsecurity.org/event201/about).

. En noviembre de 2019 se extrenaría en Netflix una serie titulada The next pandemic (La próxima pandemia) en la que Bill Gate afirmaba que se tardaría 4 o 5 años en desarrollar una vacuna contra un coronavirus: “Si aparece una enfermedad que no hayamos visto antes normalmente llevaría entre 4 y 5 años encontrar una vacuna contra ella pero las nuevas tecnologías podrían reducir ese tiempo”.

¿Y de qué “nuevas tecnologías” hablaba Bill Gate? Lo explicamos al final de este artículo pero sepa que el fundador, presidente y director ejecutivo de Netflix, Reed Hastings, no ha dudado en manifestar públicamente que su inspirador es Bill Gate y por eso difunde sus proyectos de “ayuda”. De hecho en 2012 Gates montó una especie de club de millonarios para que se convirtieran  en “filántropos” y Hastings está entre ellos; es más, ha dedicado una miniserie a Gates en Netflix.

Discovery Salud.

¿Cómo os quedáis? Mañana más pero no mejor, porque es imposible, jajaja. Me rio por no llorar.

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