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martes, 22 de septiembre de 2020

Prevención: ¿Con qué nutrientes puede aumentar las defensas?

 

Construcción del sistema inmunitario

La piel intacta y las membranas mucosas forman la primera barrera entre el mundo exterior y el interior del cuerpo: la primera barrera defensiva. Si aun así los microorganismos consiguieran penetrar, el sistema inmunitario se pone en marcha para eliminarlos. En esto consiste principalmente el sistema inmunitario innato: una segunda línea defensiva. La segunda línea defensiva comunica con la tercera línea defensiva, el sistema inmunitario adquirido, en caso de que el sistema inmunitario innato no pueda resolver la infección por sí solo. El sistema inmunitario adquirido, la tercera línea defensiva, es mucho más complejo que el sistema inmunitario innato, y posee diferentes tipos de reacciones:

Humoral: los linfocitos B (inmunoglobulinas), un principio de reacción antiiflamatoria, dirigida por el sistema Th (célula t auxiliar) 2.

Celular: los lonfocitos t, una reacción inflamatoria citotóxica, dirigida por el sistema Th1/Th17.

Sistema regulador t: vigilar el equilibrio entre Th1 y Th2.

¿Qué sustancias puede emplear y para qué?

Cuando las defensas no están en condiciones óptimas, pueden mejorarse de manera preventiva mediante sustancias importantes para que los procesos inmunológicos se desarrollen de manera óptima.

Glutatión (GSH)

El tripéptido glutatión está formado por los aminoácidos cisteína, glutamina y glicina. Un crecimiento saludable y el correcto funcionamiento del sistema inmunitario dependen, entre otros, del glutatión. Los linfocitos deberían poder multiplicarse rápidamente después del contacto con el antígeno. La disponibilidad de glutatión es el factor limitante en la actividad de nuestros linfocitos (Bounous 1999).

Vitamina D

La interacción entre la vitamina D3 y el sistema inmunitario juega un papel importante. Así lo han demostrado las investigaciones de los últimos meses acerca de la relación entre la vitamina D3 y la COVID-19. De ellas resultó que un nivel de vitamina D inferior a 30 nmol/L se asocia con una evolución desfavorable de la enfermedad e incluso fallecimiento en pacientes con COVID-19. (Pugach, 2020)

La vitamina D3 asegura, a nivel inmunológico, una correcta expresión de péptidos antimicrobianos. Los péptidos son bloques de construcción de proteínas involucradas en la defensa contra los intrusos indeseados. Las infecciones, como por coronavirus , podrían por este motivo ser más frecuentes en personas con deficiencia de vitamina D.

Producimos vitamina D cuando exponemos nuestra piel a la luz solar. En países más alejados del Ecuador o en los que predomina la estancia en interiores no es posible producir suficiente vitamina D a través de esta vía. Por este motivo los suplementos con vitamina D son altamente recomendados.

Zinc

El zinc juega un papel en la actividad y función de las células asesinas naturales, las células T y los linfocitos dentro del sistema inmunológico innato. El zinc desempeña un papel en la maduración de las células T. Esta maduración está parcialmente regulada por la hormona tiroidea timulina, una hormona que tiene al zinc como cofactor esencial. Además, en el sistema inmunológico, el zinc desempeña un papel en la transmisión de señales. La investigación muestra que la estimulación de leucocitos con una dosis alta de zinc puede desencadenar una respuesta inmunitaria en algunos tipos de leucocitos, en este caso el zinc actúa como una sustancia señal (Rink 2000)

Vitamina C

La vitamina C es un factor esencial en la fase inicial de las infecciones virales. En una investigación in vivo con ratones, los investigadores descubrieron que la concentración de vitamina C, al inicio de una infección con el virus de la gripe, es un factor importante para el transcurso de la enfermedad (Boretti, 2020). Los daños causados por la reproducción del virus pueden prevenirse eficazmente cuando la concentración de vitamina C en la etapa inicial de la infección viral es suficientemente alta. Pero si la concentración de vitamina C es insuficiente en la fase inicial, la patogénesis del virus de la gripe no puede prevenirse.

Ácidos grasos EPA y DHA

Los ácidos grasos EPA y DHA son necesarios para apagar a tiempo la reacción inmune, de manera que no provoque daños innecesarios. Se recomienda una ingesta suficiente de pescados grasos, crustáceos y mariscos o algas, y la complementación con suplementos en caso de que sea necesario.

Los ácidos grasos EPA y DHA son necesarios para apagar a tiempo la reacción inmune, de manera que no provoque daños innecesarios. Se recomienda una ingesta suficiente de pescados grasos, crustáceos y mariscos o algas, y la complementación con suplementos en caso de que sea necesario. Podrá leer más información acerca de ello en un reciente artículo

Selenio

El selenio contribuye a una respuesta inmune celular rápida por medio del aumento de la conversión de células T vírgenes a células Th1. El selenio se transforma en el hígado en selenol/metilselenol. Esta sustancia asegura una correcta expresión de los receptores (NKG2D) en (entre otros) el exterior de las células infectadas de virus, por lo que puedan ser eliminadas mejor por el sistema inmunitario (Hagemann-Jensen, 2014).  De manera muy reciente se ha publicado un estudio acerca de las posibles consecuencias de un déficit de selenio y la capacidad de recuperación en COVID-19. (Zhang, 2020)

 

Fuente: Natura Foundación.