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domingo, 10 de marzo de 2013

UN PASO MÁS.




Hola a todos, ¿qué tal con los cambios? No os agobiéis, id poco a poco. Tenéis que ser conscientes de que somos de costumbres y cambiar ciertos hábitos es un pelín complicado.
Seguimos avanzando y esta vez quiero hablaros de ciertos alimentos que no deben volver a entrar en vuestra casa. Sólo hablaremos de los más peligrosos para la salud y, como se trata de eliminar y no de cambiar, ahorraremos en ello, que no está de más en los tiempos que corren.
Sobre la leche, sólo quiero deciros que no os asustéis. De momento seguid tomándola en el desayuno, eso sí, nada en la merienda y menos aún por la noche. Tenéis que saber que ciertos alimentos a la larga son dañinos, pero como es uno de los hábitos más arraigados en nuestra sociedad, os va a costar prescindir de ello. De hecho, tengo que decir al respecto que es uno de los cambios más importantes y que para hacerlo, uno debe entender y asumir por qué tiene que dejar de tomarlos. Creo que es pronto para que toméis esa decisión por vosotros mismos, por ello lo dejaremos para más adelante. Quien pueda permitírselo, si no para vosotros sí para vuestros hijos, comprad leche de vaca ecológica. Al menos tomarán algo de fósforo y un poco de calcio.
¿Os habéis preguntado qué nutrientes tienen las natillas, los yogures o la gelatina? NADA. Son desechos y residuos para el organismo. La cantidad de azúcar se acumula en el hígado y en los riñones. Empezad a reducir este tipo de alimentos: un capricho una vez a la semana.
La COCA-COLA debería estar prohibida. Es el mayor veneno que tenemos en casa, no mata de golpe, es silencioso y te va comiendo poco apoco. Os invito a que miréis los ingredientes (los que ponen) y que busquéis información en un diccionario, después me contáis. Lógicamente los venenos no se pueden reducir, sino que no se vuelven a comprar.
Los refrescos. Es increíble que en el Trina, por decir uno, ponga sin azúcar, de hecho cada vez que veáis este eslogan tenéis que saber que lleva ASPARTAMO y si no, comprobadlo. Son emulgentes 900, es decir, pura imitación química al azúcar, sólo que no se quedan en los riñones, sino que se comen los huesos e impiden que se absorba el calcio, entre otras cosas. Aun así, empezaremos a reducirlos. Como mucho una vez por semana, ya sea en un aperitivo o algo excepcional. Para los niños es mejor sustituirlo por zumos, aunque sean industriales, y una vez a la semana. Después, con el tiempo, os daréis cuenta de que cuando uno consigue un equilibrio en su salud, nuestro organismo es capaz de asimilar, de tarde en tarde, ciertos alimentos, sobre todo cuando uno ya se ha desintoxicado de los emulgentes adictivos (todos los 900).
¿Qué decir de las chucherías? ¿Habéis mirado los ingredientes? Flipáis, puro plástico y drogas para neuronas. Ya sé que es complicado quitárselas a los niños, pero lo que no es normal es la cantidad que toman, es decir, sí o sí hay que reducirlas. Como mucho llega el fin de semana y toman algo. Es muy importante que en todos estos cambios habléis con los niños de ello. Os sorprenderán, son más listos de lo que pensáis y entiendo también que más de lo que creéis. Cuando uno les hace partícipes de algo tan importante, hacemos que se sientan mayores e importantes. Si no les explicamos por qué es malo abusar de las chuches o el azúcar y simplemente se los quitamos o prohibimos, no sólo no lo entenderán, si no que además se sentirán agredidos y su respuesta siempre será llevarnos la contraria, y se lo tomarán casi como un castigo. Durante la semana es genial sustituir las chuches por frutos secos. Son proteínas de muy fácil de absorción y muy importantes en su crecimiento neurológico y hormonal. Los mejores son: almendras, nueces, pipas de girasol, pipas de calabaza y pasas sultanas o dátiles.
Sobre el azúcar, comentaros que sería genial sustituirlo por caña de azúcar, panela o miel pura, stevia, etc.
Por último, sólo daros algunos consejos. Comed la fruta o antes de las comidas o entre horas. Es prácticamente agua y no hace digestión, va directamente al intestino, donde es absorbida y donde espera los demás nutrientes para fijarlos. Si la comemos después de comer, al tener que hacer la digestión, la fruta fermenta y ya no es absorbida la vitamina C. Otro consejo es el no comer nunca carne en la cena. Normalmente se tarda hasta siete horas en hacer la digestión. Por la noche nos limpiamos todos los órganos mientras dormimos, pero la limpieza no comienza hasta que nuestro organismo no deja de hacer las funciones vitales, es decir, si estamos haciendo la digestión no comienza dicha limpieza, de forma que si no cumplimos todas las horas necesarias por la noche para esta función tan importante, nunca se completa, y algunos órganos no se limpian, acumulando residuos que, a la larga, nos afectan a la salud. El primer síntoma es no dormir bien y levantarse ya cansado.
Creo que por hoy ya es suficiente. Mucho ánimo y, ya sabéis, para cualquier duda o pregunta, aquí estaré.
Os dejo una receta muy sencilla para hacer un bizcocho muy rico para el desayuno o la merienda de vuestros hijos.
Un yogur o leche de avena (medida del yogur).
Dos y medio (medida del yogur) de harina integral o espelta.
Medio (medida del yogur) de harina de algarrobo o de soja.
Una cucharadita de café de bicarbonato sódico (sustituto de la levadura química).
Medio de aceite (oliva, girasol y sésamo).
Dos huevos.
Dos cucharadas soperas de miel pura.
Un limón entero sin pipas.
Un puñado de frutos secos y pasas o dátiles.
Triturad todo, metedlo en una bandeja de acero inoxidable o de cerámica (si aún tenéis de teflón, poned papel vegetal) a 180º y hornead más o menos durante media hora por debajo y después dorad por arriba. Cuando pinchéis un palillo y salga seco, estará listo.
En esta receta va: calcio, fósforo, ácido fólico, vitamina C, vitamina B6, vitamina B12, cinc, vitamina E, proteínas, etc.
Mucha Salud.        


 

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