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lunes, 11 de marzo de 2013

ENTRAMOS EN EL BAÑO


Quiero empezar aclarando que han hecho que nos obsesione la desinfección, incluso nos han hecho creer que de ello depende nuestra salud.

Cuando hablamos de bacterias y hongos tengo que decir que no viven en el suelo, en el lavabo o en los muebles. La verdad es que viven en el aire que respiramos, en los alimentos que comemos, dentro de nuestro organismo y, en definitiva, en todo nuestro entorno.

Todo nuestro organismo consta de células vivas, bacterias y hongos. Dichas bacterias están bajo el control de nuestro sistema inmunológico y son utilizadas para nuestro beneficio, pero cuando nuestras defensas están débiles estas bacterias se desarrollan en el cuerpo sin control, es decir, si nuestras defensas no están fuertes, enfermamos.

La pregunta sería, ¿qué debilita a nuestro sistema inmunológico? Una de las muchas causas está en el baño.

Empecemos por los productos que se utilizan para desinfectar el baño (lejía, amoniaco, etc.). Son abrasivos, se impregnan en todas las superficies y duran más de ocho horas. Van desprendiendo enzimas tóxicas que, al tocarlas, las absorbemos a través de la piel y se introducen en la sangre, llegando a todas las partes de nuestro organismo y al respirarlas destruyen las defensas de las vías respiratorias hasta llegar a los bronquios. Si es dañino para nosotros, imaginad para nuestros niños, que aún no tienen desarrollado el sistema inmunológico.

No hay mayor desinfectante que el vinagre y el limón, y mejor limpiador que el jabón de toda la vida o el jabón lagarto y el bicarbonato sódico.

Qué deciros de la higiene personal y de la cosmética. Tendría que empezar por explicaros cuál es la función de la piel.

Es el órgano más grande y uno de los más importantes, ya que nos recubre por completo, protegiéndonos del exterior, siendo ésta una de las principales funciones. Además de protegernos de todas las bacterias externas, regula nuestra temperatura, amortigua todos los golpes para evitarnos ciertas fracturas y, al estar conectada con el sistema nervioso y el sistema circulatorio, nos avisa de si algo no funciona bien desde dentro del organismo. También expulsamos las toxinas por los poros y, por supuesto, nuestra piel recoge los rayos ultravioletas y los transforma en inofensivos infrarrojos, desarrollando melanina, que después se convertirá en vitamina D, muy necesaria para fijar el calcio y el fósforo en los huesos.

Los geles, champús, hidratantes, dentífrico, pinturas, maquillajes, tintes, etc. tienen sustancias muy peligrosas para la salud, empezando porque su base es parafina, vaselina o derivados del petróleo, siendo el ingrediente más dañino, ya que elimina la queratina, una sustancia que nuestra piel produce para protegernos de las bacterias. Además de eliminar nuestras defensas, tapona los poros, obstruyéndolos e impidiendo que traspire y que realice sus funciones, mientras que los parabenes se introducen en el sistema circulatorio, llegando a todos los órganos del cuerpo. Estas enzimas alteran las hormonas, dañan tejidos e incluso alteran el ADN.

Aunque parezca increíble, en los productos infantiles hay más tóxicos que en cualquier otro. Uno de los ingredientes que está en dichos productos es el propylene glycol, que es abrasivo y ataca el sistema reproductivo.

Hay una lista sin fin de sustancias muy tóxicas y peligrosas para la salud. Quien tenga curiosidad, tengo un archivo llamado “cosmética tóxica” (podéis echarle un vistazo).

Es fundamental utilizar jabones, champús, desodorantes, etc. con productos biológicos, que respeten nuestras defensas y todas las funciones vitales, ya que nuestra salud depende de ello.

Para quien no diferencie los productos químicos, existen unos sellos ecológicos, los cuales garantizan que son biológicos o naturales 100%.

Los desodorantes obstruyen los poros, impidiendo que las toxinas salgan al exterior, éstas se introducen y se acumulan en las mamas, provocando acidosis y siendo una de las principales causas del cáncer de mama. Una opción es la piedra de Alumbre: es una sal que desinfecta y neutraliza el olor, pero deja traspirar.

Sobre los perfumes y colonias, comentar que antaño se hacían con extractos vegetales y esencias florales. Actualmente se utiliza una hormona animal (cada país utiliza una diferente). Aquí en España y en parte de Europa se utiliza de rata y se mezcla con esencias químicas derivadas del petróleo, que imitan el olor de las plantas.

Son altamente peligrosos, ya que abrasan y dañan el sistema nervioso principal, de hecho en algunos países como Alemania lo relacionan directamente con enfermedades neurológicas como el alzheimer.

Y, por supuesto, no  puedo olvidarme de las compresas y tampones. Siento verdadera repugnancia cada vez que veo el anuncio de AUSONIA (donamos en la investigación contra el cáncer). No se escapa ninguna marca, todas son puro plástico (derivado del petróleo) y todas van cloradas. Son sustancias abrasivas y destruyen toda nuestra flora, es decir, nos dejan sin defensas, siendo una de nuestras partes del organismo más débiles e indefensas. Son la principal causa de papilomas, miomas y cáncer en el  útero.

Menos donaciones y más preocuparse por los materiales que utilizan.

Creo que por ahora es suficiente. Éste es un gran cambio y no os asustéis porque vuestra piel empiece a respirar e incluso os salga algún sarpullido, esa toxicidad estaba dentro y su función es expulsarla para que no nos afecte a la salud.

Quien quiera que le envíe los sellos oficiales para conseguir productos ecológicos sin que le engañen en ningún herbolario, que me mande un correo y quien desee conocer mis productos, también.

Mucha Salud.                                                                                                              

                                                                                                                   Pilar Ruiz.

 

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