La comisión
Europea ha decidido proponer ¡por fin! La prohibición del Dióxido de Titanio
como aditivo alimentario (E171). La noticia es importante porque se trata del
pigmento más utilizado en el mundo para proporcionar a los productos blancura y
opacidad, a fin de hacerlos visualmente más atractivos. Se añade a numerosos
productos textiles y cosméticos –incluidos las cremas SOLARES-, a muchas
medicinas y productos de herbolario y, lo que es más grave, a muchos alimentos.
Son los casos de la leche, la nata, los yogures, los helados, los bombones, los
quesos, las salsas, los platos preparados, las sopas, los caldos, los chicles,
los caramelos, las golosinas y todo tipo de harinas y polvos comestibles usados
en confitería.
La propuesta
se debe a que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas
en inglés) ya no lo consideran “seguro” después de décadas afirmando que si lo
era por lo que proponen prohibirlo por su peligrosidad, pero alegando –en una
evidente contradicción- que “no hay
riesgo inminente para la salud” si se consume algún producto que lo lleve. Es
decir, obvian interesadamente que estando en tantos alimentos y fármacos es
casi inevitable no tomar a diario muchos de los que lo contienen.
Además se
“minimiza” el problema para que los tribunales no se inunden de demandas contra
los responsables de su autorización y los fabricantes.
La comisión
Técnica de aditivos y Aromas Alimentarios de la EFSA dice en su nota:
“Concluimos que el Dióxido de Titanio no puede ya considerarse seguro como
aditivo alimentario. El dato fundamental para llegar a esta conclusión es que
no puede descartarse que el consumo de sus partículas sea fenotóxico. La
absorción es baja tras su ingesta, pero puede acumularse en el organismo.
Es evidente
que la propuesta llega tarde y mal. En Dyscovery DSALUD denunciaron su
peligrosidad en un amplio reportaje que se publicó en el nº 177
–correspondiente a diciembre del 2014- hace ya casi siete años con el título El
Dióxido de Titanio que se añade a muchos alimentos pueden dañar el ADN.
Y desde PIELSANA también hemos anunciado en numerosas ocasiones que el Dióxido de Titanio utilizado en los cosméticos, y sobre todo en los “PROTECTORES SOLARES”, dañan el Microbioma Cutáneo, y el ADN, imposibilitando a las capas de la piel, hacer sus funciones, entre ellas, una de las más importantes, la producción de la VITAMINA D.
Para más
información Discovery DSALUD Nº 250.
Pilar Ruiz.
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