Independientemente
de que el SARS-CoV-2 exista llama mucho la atención la carrera empresarial
iniciada para desarrollar supuestos kits de detección así como presuntas
vacunas “preventivas” y fármacos “curativos”. Y aún mucho más que en ellas esté
omnipresente el hombre más rico del mundo,
Bill Gates, un eugenista declarado que en una conferencia TED de 2010 ya
dijo que con vacunas y otros métodos se podría reducir la población mundial en
un 15% (https://www.youtube.com/watch?v=RNg2tVQJ3Nc) y que hace unos días decidió dejar
la dirección ejecutiva de Microsoft para centrarse altruista y
filantrópicamente en el mundo de la salud que, como todos sabemos, es un sector
que apenas genera dinero.
Y nadie debe
dudar de ello porque su interés es tan reciente que solo lleva treinta años
ceando una tupida red de organizaciones que controla tanto mediante inversiones
como haciendo “donaciones”. Red que gestiona a través de la Fundación Bill y
Melinda Gates e incluye a varias empresas sanitarias y, sobre todo, a la
mismísima Organización Mundial de la
Salud (OMS) a la que financia tanto directamente como a través de la llamada
Alianza GAVI en la que trabajó en 2008 - ¡oh, casualidad! – el actual Director
de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Lea al
respecto el artículo que con el título La Organización Mundial de la Salud
(OMS) la controla la industria farmacéutica apareció en el nº 128 en el que
explicamos que los estados solo financian hoy el 18% del presupuesto de la OMS
y que el otro 82% del procede de donaciones privadas presuntamente altruistas,
entre ellas la Fundación Bill y Melinda Gates que financia el 10%.
De hecho son
bien conocidas sus íntimas relaciones con las élites económicas , financieras,
políticas, sanitarias y científicas además de con los responsables de las
principales agencias sanitarias –estadounidenses y del resto del mundo- que
diseñan e imponen actualmente las políticas de salud mundiales con la
complicidad o aquiescencia de la práctica totalidad de los gobiernos y agencias
de medicamentos y productos sanitarios del planeta. Control que se ejerce especialmente a través de los Centros para el
Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) –que es el
organismo que define las políticas sanitarias que luego se implementan en todo
el mundo- y del Epidemic Intelligence Service (EIS), entidad especializada en
epidemias que jugó un papel clave en el montaje VIH/SIDA y tiene agentes
colocados en puestos claves a nivel internacional, incluido el Instituto de
Salud Carlos III.
El asunto
del que hablamos es pues mucho más complejo de lo que la sociedad cree y hace
falta tener todos los datos para comprenderlo, muchos de los cuales se han ido
dando en nuestra revista a los largo de los últimos años; puede consultarlos
agrupados en el apartado Fraudes y falsedades en el ámbito médico de nuestra
web: www.dsalud.com.
Vamos pues
en esta ocasión a dar cuenta solo –también por razones de espacio- de algunos
de los acontecimientos acaecidos en los últimos cinco años que sin embargo
entendemos servirán para proporcionar al lector una mayor perspectiva de lo que
realmente se está “cocinando”.
Discovery
Salud.
Pero eso
será en el próximo artículo, primero hay que digerir el actual.
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