. En 2015 se registró la patente de un
coronavirus “atenuado” a nombre del Instituto Pirbright (Reino Unido), centro
en el que se investigan vacunas para animales; pues bien, en noviembre
de 2019 recibió cinco millones y medio de dólares de la Fundación Bill y
Melinda Gates que figura como stakeholder (Interesada) junto a la Wellcome
Trust, la Comisión Europea y la OMS. La patente se activó el pasado 14 de marzo
y en el resumen final se recoge que también “puede utilizarse potencialmente
como vacuna para tratar y/o prevenir una enfermedad –por ejemplo una bronquitis
infecciosa- en personas”.
. En 2017 se construirá en Wuhan (China)
un avanzado laboratorio de investigación que costó oficialmente 44 millones de
dólares declarándose que uno de sus principales objetivos era estudiar el
agente causante del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS por sus siglas en
inglés). Pues bien, según publicó la prestigiosa revista Nature en febrero de
2017 se trata de un laboratorio de referencia de la OMS que tiene la
misión de trabajar “con los patógenos más peligrosos del mundo” (puede
comprobarlo leyendo el texto en https://www.nature.com/news/inside-the-chinese-lab-poised-to-study-world-s-most-dangerous-pathogens-1.21487).
Que el nuevo
coronavirus haya aparecido en la zona en la que se encuentra ese laboratorio ha
sido minimizado –por no decir ocultado- por las autoridades sanitarias y
políticas de todo el mundo.
. En marzo de 2018 la OMS revisó la lista de
enfermedades prioritarias consideradas más amenazantes y junto al ébola. El
MERS, el SARS, el zika y otros virus que provocan fiebre, incluyó una
misteriosa patología que denominó Disease X (Enfermedad X)! explicándolo así:
“La Enfermedad X representa el escenario en el que un patógeno desconocido
pudiera causar una grave epidemia internacional” (https://www.who.int/activities/prioritizing-diseases-for-research-and-development-in-emergency-contexts).
Interrogada
al respecto por EFESALUD la doctora Natalia Rodríguez, miembro del Hospital
Clínico de Barcelona e investigadora de ISGLobal- centro impulsado por la
Fundación La Caixa- ésta diría: “Sabemos que puede aparecer una nueva pandemia
–como ha pasado con el zika- y sabemos que hay muchas enfermedades emergentes
repartidas por el mundo” añadiendo: “Es muy difícil confeccionar un modelo que
prediga cuál va a ser el patógeno en concreto que pudiera provocar una
pandemia”. Sin embargo luego agregaría: “La próxima pandemia podría ser un
virus y digamos que tiene más números una zoonosis de la zona de Asia” (si le cuesta
creerlo tiene la entrevista en https://www.efesalud.com/epidemias-globales-enfermedad-x?fbclid=IwAR2po1vTTcXPwXg_wT3BKDb6RnOkOd7Dqe1svPzg12M8xK9vYzGfMYhNjZ0).
. En abril de 2018 –apenas un mes
después- Bill Gate diría durante la conferencia anual de la Sociedad Médica de
Massachusentts celebrada en Boston que había que estar alerta ante la
hipotética propagación de un virus nuevo que pudiese afectar al sur de Asia y
causar por ejemplo 30 millones de muertos en 6 meses. “El mundo –diría- necsita
prepararse para las pandemias como los militares se preparan para la guerra”.
. El 18 de octubre de 2019 se llevaría a cabo en el Hotel
Pierre de Nueva York ante 130 personas un simulacro de pandemia que se
habría extendido durante 18 meses. Se denominó Evento 201 y se justificó
alegando que en los últimos años se han producido 200 emergencias por epidemias
o pandemias. Pues bien, las consecuencias del simulacro incluían no solo la
enfermedad y una enorme cantidad de muertos -65 millones en 18 meses- sino la
caída global de la economía y el hundimiento de muchas grandes empresas. El
equipo que desarrolló el ejercicio estaba liderado por el Dr. Eric Toner –y otros
dos cirntíficas del Centro de Seguridad en Salud John Hopkins-, Ryan Morhard –del Foro Económico Mundial- y Jeffrey French –de la Fundación Bill y Melinda Gates- junto con
otra decena de doctores y científicos. Y entre los asistentes se encontraban el
vicepresidente de Johnson&Johnson Adrian
Thomas, la vicepresidenta senior de la Fundación de las Naciones Unidas Sofía Borges, el presidente de la
división de desarrollo global de la
Fundación Bill y Melinda Gate Christopher
Elias, el ex director senior de Salud del Banco Mundial Tim Evans, el Director General de los
CDC chinos George Gao y el antiguo Director Adjunto de la CIA y ex
asesor de seguridad nacional Avril
Haines (todo lo referente al evento
puede consultarse en https://www.centerforhealthsecurity.org/event201/about).
. En noviembre de 2019 se extrenaría en
Netflix una serie titulada The next pandemic (La próxima pandemia) en la que
Bill Gate afirmaba que se tardaría 4 o 5 años en desarrollar una vacuna contra
un coronavirus: “Si aparece una enfermedad que no hayamos visto antes
normalmente llevaría entre 4 y 5 años encontrar una vacuna contra ella pero las
nuevas tecnologías podrían reducir ese tiempo”.
¿Y de qué
“nuevas tecnologías” hablaba Bill Gate? Lo explicamos al final de este artículo
pero sepa que el fundador, presidente y director ejecutivo de Netflix, Reed Hastings, no ha dudado en manifestar públicamente que su inspirador
es Bill Gate y por eso difunde sus proyectos de “ayuda”. De hecho en 2012 Gates
montó una especie de club de millonarios para que se convirtieran en “filántropos” y Hastings está entre ellos;
es más, ha dedicado una miniserie a Gates en Netflix.
Discovery
Salud.
¿Cómo os
quedáis? Mañana más pero no mejor, porque es imposible, jajaja. Me rio por no llorar.
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