En el
artículo ¿Qué se esconde detrás del coronavirus? Publicado en el número
anterior de la revista (235), hablamos de los problemas de salud de la
población de Wuhan que se están atribuyendo al nuevo coronavirus obviando que
se utilizó a sus habitantes como cobayas humanas para valorar los efectos
negativos de la tecnología 5G y la brutal contaminación ambiental que sufre
desde hace años la zona afectando ello al sistema inmune de sus moradores. Pues
bien. Mientras preparábamos este artículo nos encontramos un texto que se
publicó en noviembre de 2005 en la prestigiosa revista The Lancet (nº9499,
volumen 366) firmado por Jonathan Watts
y titulado China: the air pollution capital of the world (China: capital
mundial del aire contaminado). Se trata de un artículo que comienza así: “En
China se atribuyen más de 400.000 muertes prematuras al año a los niveles de
contaminación del aire”. Y añade luego: “Según la Agencia Espacial Europea
Pekín y sus provincias vecinas del noreste de China tienen los peores niveles
de dióxido de nitrógeno del mundo lo que puede causar daños fatales en los
pulmones (…) En un seminario reciente Zhang
Lijiun, subdirector de la agencia de protección ambiental, dijo que los
niveles de contaminación podrían duplicarse en 15 años a menos que el país
frene el aumento del consumo de energía y el uso de automóviles”. Bueno, pues
15 años después las muertes se deben ya solo al nuevo coronavirus.
Discovery
Salud.
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