Hola a todos, ¿qué tal con los cambios? No os agobiéis,
id poco a poco. Tenéis que ser conscientes de que somos de costumbres y cambiar
ciertos hábitos es un pelín complicado.
Seguimos avanzando y esta vez quiero hablaros de
ciertos alimentos que no deben volver a entrar en vuestra casa. Sólo hablaremos
de los más peligrosos para la salud y, como se trata de eliminar y no de
cambiar, ahorraremos en ello, que no está de más en los tiempos que corren.
Sobre la leche, sólo quiero deciros que no os asustéis.
De momento seguid tomándola en el desayuno, eso sí, nada en la merienda y menos
aún por la noche. Tenéis que saber que ciertos alimentos a la larga son
dañinos, pero como es uno de los hábitos más arraigados en nuestra sociedad, os
va a costar prescindir de ello. De hecho, tengo que decir al respecto que es
uno de los cambios más importantes y que para hacerlo, uno debe entender y
asumir por qué tiene que dejar de tomarlos. Creo que es pronto para que toméis
esa decisión por vosotros mismos, por ello lo dejaremos para más adelante.
Quien pueda permitírselo, si no para vosotros sí para vuestros hijos, comprad
leche de vaca ecológica. Al menos tomarán algo de fósforo y un poco de calcio.
¿Os habéis preguntado qué nutrientes tienen las
natillas, los yogures o la gelatina? NADA. Son desechos y residuos para el
organismo. La cantidad de azúcar se acumula en el hígado y en los riñones.
Empezad a reducir este tipo de alimentos: un capricho una vez a la semana.
La COCA-COLA debería estar prohibida. Es el mayor
veneno que tenemos en casa, no mata de golpe, es silencioso y te va comiendo
poco apoco. Os invito a que miréis los ingredientes (los que ponen) y que
busquéis información en un diccionario, después me contáis. Lógicamente los
venenos no se pueden reducir, sino que no se vuelven a comprar.
Los refrescos. Es increíble que en el Trina, por decir
uno, ponga sin azúcar, de hecho cada vez que veáis este eslogan tenéis que
saber que lleva ASPARTAMO y si no, comprobadlo. Son emulgentes 900, es decir,
pura imitación química al azúcar, sólo que no se quedan en los riñones, sino
que se comen los huesos e impiden que se absorba el calcio, entre otras cosas.
Aun así, empezaremos a reducirlos. Como mucho una vez por semana, ya sea en un
aperitivo o algo excepcional. Para los niños es mejor sustituirlo por zumos,
aunque sean industriales, y una vez a la semana. Después, con el tiempo, os
daréis cuenta de que cuando uno consigue un equilibrio en su salud, nuestro
organismo es capaz de asimilar, de tarde en tarde, ciertos alimentos, sobre
todo cuando uno ya se ha desintoxicado de los emulgentes adictivos (todos los
900).
¿Qué decir de las chucherías? ¿Habéis mirado los
ingredientes? Flipáis, puro plástico y drogas para neuronas. Ya sé que es
complicado quitárselas a los niños, pero lo que no es normal es la cantidad que
toman, es decir, sí o sí hay que reducirlas. Como mucho llega el fin de semana
y toman algo. Es muy importante que en todos estos cambios habléis con los
niños de ello. Os sorprenderán, son más listos de lo que pensáis y entiendo
también que más de lo que creéis. Cuando uno les hace partícipes de algo tan
importante, hacemos que se sientan mayores e importantes. Si no les explicamos
por qué es malo abusar de las chuches o el azúcar y simplemente se los quitamos
o prohibimos, no sólo no lo entenderán, si no que además se sentirán agredidos
y su respuesta siempre será llevarnos la contraria, y se lo tomarán casi como
un castigo. Durante la semana es genial sustituir las chuches por frutos secos.
Son proteínas de muy fácil de absorción y muy importantes en su crecimiento
neurológico y hormonal. Los mejores son: almendras, nueces, pipas de girasol,
pipas de calabaza y pasas sultanas o dátiles.
Sobre el azúcar, comentaros que sería genial
sustituirlo por caña de azúcar, panela o miel pura, stevia, etc.
Por último, sólo daros algunos consejos. Comed la fruta
o antes de las comidas o entre horas. Es prácticamente agua y no hace
digestión, va directamente al intestino, donde es absorbida y donde espera los
demás nutrientes para fijarlos. Si la comemos después de comer, al tener que
hacer la digestión, la fruta fermenta y ya no es absorbida la vitamina C. Otro
consejo es el no comer nunca carne en la cena. Normalmente se tarda hasta siete
horas en hacer la digestión. Por la noche nos limpiamos todos los órganos
mientras dormimos, pero la limpieza no comienza hasta que nuestro organismo no
deja de hacer las funciones vitales, es decir, si estamos haciendo la digestión
no comienza dicha limpieza, de forma que si no cumplimos todas las horas
necesarias por la noche para esta función tan importante, nunca se completa, y
algunos órganos no se limpian, acumulando residuos que, a la larga, nos afectan
a la salud. El primer síntoma es no dormir bien y levantarse ya cansado.
Creo que por hoy ya es suficiente. Mucho ánimo y, ya
sabéis, para cualquier duda o pregunta, aquí estaré.
Os dejo una receta muy sencilla para hacer un bizcocho
muy rico para el desayuno o la merienda de vuestros hijos.
Un yogur o leche de avena (medida del yogur).
Dos y medio (medida del yogur) de harina integral o
espelta.
Medio (medida del yogur) de harina de algarrobo o de
soja.
Una cucharadita de café de bicarbonato sódico
(sustituto de la levadura química).
Medio de aceite (oliva, girasol y sésamo).
Dos huevos.
Dos cucharadas soperas de miel pura.
Un limón entero sin pipas.
Un puñado de frutos secos y pasas o dátiles.
Triturad todo, metedlo en una bandeja de acero
inoxidable o de cerámica (si aún tenéis de teflón, poned papel vegetal) a 180º
y hornead más o menos durante media hora por debajo y después dorad por arriba.
Cuando pinchéis un palillo y salga seco, estará listo.
En esta receta va: calcio, fósforo, ácido fólico,
vitamina C, vitamina B6, vitamina B12, cinc, vitamina E, proteínas, etc.
Mucha
Salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.